A los niños les encantan las bebidas, por eso no es extraño que los papás las incluyan en sus dietas, lo que ha llevado a un importante incremento en su consumo. Sin embargo, estos productos están lejos de ser saludables tanto para grandes y chicos, ya que están relacionados con graves problemas a la salud. El principal y más común de los inconvenientes que trae el consumo de estas bebidas es la obesidad, debido al alto nivel de azúcar que poseen. Para graficar el tema, ten en cuenta que un niño entre 2 y 5 años debe tener un promedio de consumo de calorías diarias de 1.300, aproximadamente y un vaso de bebida o jugo envasado tiene entre 120 y 200 calorías. Si un pequeño bebe 3 vasos de alguno de estos líquidos, estaría recibiendo más de un cuarto del aporte calórico que necesita en un día. Los azúcares que se consumen a través de estos productos estimulan la formación de grasa corporal, además de aumentar el colesterol y la presión arterial, pudiendo provocar graves enfermedades. Asimismo, al ser el azúcar un carbohidrato simple, se metaboliza rápidamente en el organismo y aumenta el nivel de glucosa en la sangre, pudiendo interferir con la absorción de algunas vitaminas, en especial las del grupo B.
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