Mira aquí una radiografía sobre los síntomas del virus y su evolución

Algunos ya la bautizaron como la muerte disfrazada, por los dolores que provoca, y que doblega hasta al más fuerte y y guapo de los mortales.

SANTO DOMINGO. "Me duelen los pies, la cabeza, los ojos, la muñeca, los brazos, la cintura, no aguanto el dolor en la espalda, tengo una fiebre que no me deja, y no puedo ni tragar agua", son las expresiones de Hipólito Reynoso, de 60 años, que esperaba en la unidad de triage de emergencia del hospital Luis Eduardo Aybar con los síntomas del virus de chikungunya.

A su lado estaba Francisca Linares, una mulata de más de 40 años de edad, y de contextura física fuerte, sentada con el cuerpo doblado y la cabeza apoyada en el abdomen de una de sus nietas, quien le acariciaba el pelo, mientras ella se quejaba y se retorcía por el fuerte dolor que decía sentir.

A Linares apenas le salía la voz para describir su cuadro clínico, que inició con fiebre, seguida de dolor de cabeza, que luego se le propagó por las articulaciones, al punto de impedirle destapar una botella de una bebida hidratante. LEER MAS 

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