Y si no entra?

Cuando se piensa en tener sexo, la mayoría de las veces viene a la mente un pene y una vagina en plena acción mecánica de entrada y salida. En realidad, esta es una parte muy importante del acto sexual, tomando en cuenta claro, los preámbulos que se necesitan para llegar a esta parte.

Nada causa más curiosidad en el ámbito sexual, que tener una penetración por primera vez, tanto en el hombre como en la mujer. Lamentablemente, para un grupo importante de mujeres, tener una penetración se convierte en una pesadilla de las peores que podamos imaginar. Algunas por el temor que tienen, otras por las creencias erróneas que le han inculcado, pero hay otras que sufren de una disfunción sexual que se llama “Vaginismo”.

El vaginismo es básicamente un espasmo involuntario de la entrada de la vagina, que no permite la entrada del pene, un dedo, o cualquier otro objeto. En términos más llanos, cuando el cerebro de la mujer percibe que algo va a ser introducido en la vagina, la cierra de manera atomática y bien intensa, impidiendo el paso, por ejemplo al pene si es para tener una penetración.

El vaginismo puede tener sus raíces en diferentes razones. Por ejemplo, el miedo extremo a la penetración por el dolor que se pueda sentir; miedo a quedar embarazada; temor a tener relaciones sexuales por no hacer algo que “está mal”; etc. Pero independientemente de la causa, la consecuencia siempre es la misma: un cierre automático de la vagina que no permite el paso de ningún objeto.

Las mujeres que sufren de vaginismo generalmente se sienten frustradas por no poder llevar una vida sexual completa. De igual modo, los hombres que tienen una pareja con esta condición, terminan frustrándose, y en la mayoría de los casos buscando otra pareja sexual. He conocido casos en que después de varios años de casados, todavía no han podido tener penetración, incluso llegando a tener hijos por el roce del pene con la parte externa de la vulva y que el semen entró por la vagina cuando el hombre eyaculó fuera de ella, quedando la mujer embarazada sin haber tenido una penetración.

Con la ayuda terapéutica cualquier mujer que esté atravesando por esa situación frustrante, puede resolver ese problema. Con el seguimiento de un especialista en disfunciones sexuales, más la disposición de querer disfrutar de las penetraciones, tomando en cuenta la cooperación del hombre, se puede lograr una excelente evolución en el tratamiento del Vaginismo.

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