Sandy ha convertido Nueva York en una ciudad casi fantasma. Los preparativos ante la llegada del poderoso huracán, que está previsto que toque tierra esta noche en Nueva Jersey, han paralizado prácticamente la vida en la urbe. Con el metro cerrado y los servicios de autobuses y cercanías también suspendidos, el ritmo frenético habitual ha desaparecido y una tensa calma domina la espera, en una ciudad que anoche ofrecía el inusual panorama de calles desiertas, con prácticamente todos los establecimientos cerrados. LEER MAS
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