Jian Feng, quien reside en el norte del país, argumentó que su entonces esposa lo había engañado al someterse a cirugías cosméticas para mejorar su aspecto.
"Me casé con ella por amor pero en cuanto nació nuestra primera hija, apareció un problema. Es tan fea que me asustó", explicó Feng, citado por 'gossiperlove.com'.
Argumentando que la hija no se parecía a él, Feng acusó a su mujer de infidelidad. Fue entonces cuando ella admitió haber recurrido a operaciones plásticas, por las que pagó más de 100,000 dólares, una inversión que no se justificó, como resulta.
Feng se divorció de su mujer e interpuso la demanda que el tribunal acaba de satisfacer.
La acción del hombre ocasionó una reacción en las redes sociales. En su mayoría tanto los hombres como las mujeres lo apoyaron.
"Si una relación comienza con una mentira, ¿en qué va a acabar?", se preguntó una de las mujeres.
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